martes, 4 de octubre de 2016

El adiós

"Te marchas. Te llevas contigo el fin de mi estabilidad. Fusilas la paz que durante tanto tiempo fue motivo de compartir mi tiempo a tu lado. La seguridad de tener un hogar en ti y la valentía de enfrentarme al mundo por ser tú mi protección. Has derrumbado todo aquello que construímos y sin remordimientos has cerrado de un portazo el ventanal que instalé en tu corazón. Y sigues como si no te hubieras cruzado en mi camino, como si fuese una desconocida con la que compartiste desayunos, baños y cenas a la luz de las velas. Intento entender el motivo que te impulsó a irte de mi lado, pero no sé en qué momento pudiste pensar que no sería yo tu mejor apoyo. La vida es una montaña rusa y yo estaba más que preparada para coger tu mano en el descenso...Pero tú ni si quiera te planteaste que lo hiciera. Mis palabras hubieran llendo el vacío de tus silencios y de la soledad que te empeñas en buscar sin cesar. Creía en nosotros porque tú siempre creíste en mí y porque el tiempo que compartimos fué más que suficiente para saber que todo hubiera sido más sencillo si me hubieras llevado contigo. Pero es tú decisión, son tus problemas y no me dejaste decidir si quería que fueran también los míos. Fuimos uno, durante una breve historia, pero no por ello menos intensa, y ahora dolorosa".

 Marisa, la protagonista de Encuentros bajo la piel, vivió una breve historia de amor fugaz, sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. El dolor acabó nublando sus sentimientos, un dolor que seguro que conocéis, un dolor que aparece cuando entregas tu corazón a alguien que, por circunstancias de la vida, no está preparado para recibirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario