viernes, 3 de junio de 2016

Rompiendo tópicos: ¿La sensibilidad en manos de los hombres?

¿Se pueden palpar las diferencias entre ambos sexos cuando hablamos de narrativa romántica?  ¿Existe de verdad una diferencia notable entre autoras y autores, cuando el tema a tratar es el amor y las historias que de él se derivan?

Mi teoría sería que no depende tanto del género, como sí depende de la persona y su forma de vivir romances y vínculos en su vida personal, que al final se plasma directa o indirectamente en sus obras. Pero la teoría, teoría es y la realidad es la siguiente: el mercado de la literatura romántica nos rompe este esquema y marca una cierta heterogeneidad entre escritores y escritoras en esta temática. Hagamos un pequeño análisis sobre un par de datos interesantes.

Cabe destacar que si echamos una ojeada a la lista de romances en literatura de este año 2016 con más éxito, o incluso el top10 de novelas románticas que destacan en la feria del libro, todas ellas son escritas por mujeres. Tras el éxito de 50 sombras de grey se ha creado un fenómeno indescriptible con grandes dosis de erotismo y sexo (muchas más que de amor, todo sea dicho). ¿Hemos roto entonces con el tópico de la mujer romántica que busca enloquecer con grandes y complicadas historias de amor? Quizás ese tópico ha sido siempre falso y cada mujer tiene una exploradora innata en su interior (O benditos sean los libros lo han despertado). O que simplemente, somos las mujeres escritoras las que, por tener esa naturaleza femenina y ese sexto sentido, entendemos plenamente lo que buscamos en nuestras relaciones personales y consecuentemente lo que queremos leer, y va más encaminado a lo pasional que a lo romántico. 

Soy la primera sorprendida cuando afirmo sin duda, y curiosamente, el amor más carnal y tratado desde una perspectiva más sensual y pasional es descrito por mujeres. E.L. James con “50 sombras de Grey”, Megan Maxwell con “Pídeme lo que quieras” o “Melocotón loco”, Anaïs Nin con “Delta de Venus”, Silvia Day con “Relaciones escandalosas” o incluso el éxito de Elisabet Benavent con “Alguien como tú” son todos claros ejemplos que destacan por la morbosidad y el sexo.

La sutileza de las difíciles historias sentimentales acompaña a autores como Federico Moccia o Blue Jeans, quienes se han ganado el corazón del público más joven y fresco. Son historias con enganche pero sin duda más sutiles y cuidadosas a la hora de hablar de relaciones sexuales. Quizás también se debe a la variación en cuanto a la edad de los lectores, pero sin duda son más tiernas y “amorosas”. ¿Creen ellos entender que las mujeres buscamos la ternura, lo delicado e incluso sensiblero? No sé si será cierto, pero la realidad es que sus novelas si van encaminadas entorno a ello. 


¿He de afirmar pues que tengo una parte de hombre en mi ser? Como mujer y escritora sé que la historia de Marisa es sentimental con escenas atractivas eróticas, pero el erotismo no es el centro de su vida, sino más bien un culminante de ciertas situaciones. He de admitir que en el caso de Marisa, las tradicionales relaciones que surgen de manera romántica son las raíces del árbol al que finalmente, le crecen las flores de la sensualidad en ciertos momentos.

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