miércoles, 16 de marzo de 2016

Iconos rígidos y prestablecidos

La semana pasada fue el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y los medios se han llenado de buenas intenciones. Pero yo no acabo de entender esto de los días internacionales, lo lamento profundamente por la ONU que es el organismo mundial desde donde salen las iniciativas y sugerencias de los días internacionales dedicados a causas tan extravagantes como el día de Internet, el de la Discriminación Racial o bien el día de la Paz, este último es bastante obvio que las naciones y las personas del mundo entero lo ignoran.
Ser mujer real, de carne y hueso

Siento que resulta incluso negativo para la causa determinada el disponer de un día Internacional, es como un mensaje al mundo entero diciendo:” uff, qué pena, vamos a darles un día con mención internacional, a ver qué pasa”. Y pasar realmente no pasa nada. Primero porque la mujer es mucho más por ser mujer que por ser “ trabajadora”. Creo que resulta discriminatorio el hecho de celebrar el día de la mujer trabajadora, ¿qué pasa con las mujeres que no trabajan fuera de sus casas? ¿Y las que están en paro?...De hecho ser mujer es sinónimo a trabajar.

Todo esto venía porque quería hablar de iconos e imágenes rígidas y prestablecidas de la mujer. Si miro en mi bagaje como lectora tendría que mencionar a escritoras como Linda Howard y  Megan Maxwell  de las cuales he aprendido a tratar la mujer como algo tan normal que puede resultar incluso anti sensual o casi cómico. Pero el día a día femenino está lleno de situaciones complicadas y es mejor aprender a sentirlas con algo de humor y hacer de las dificultades de una sociedad masculina una herramienta para desarrollar nuestra feminidad. 




Así es Marisa, la protagonista de Encuentros bajo la piel, una mujer trabajadora y tan normal que puede ser la descripción de cualquier mujer cercana al lector. Y precisamente su día a día y su vida normal la hacen, a la vez,  extraordinaria y única. Te invito a que descubras a Marisa estos días de inicio de la primavera y de vacaciones en las que leer es uno de esos caprichos que te puedes regalar.

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